viernes, 31 de diciembre de 2010

Resignación.

A mí sinceramente ya no me importa. Te amo. Por más de que duela. Lo hago. Sigo enamorada como la primera vez que te dije "te amo". Yo te amo y salgo herida. Si salgo herida, te odio, pero ya no proyecto más el odio, proyecto resignación. Resignada estoy. Resignada al comportamiento humano de tu parte. Resignada cada vez que comprendo que nunca te importé tanto como para quererme realmente. Entonces, cuando entiendo la realidad, ahí sí surge el odio. Cuando odio, trato de olvidar-te. Cuando empiezo el proceso de olvido, comienzo a extrañarte. Y cuando empiezo a extañarte... caigo otra vez en vos. En amarte. Otra vez. I'm still in love with you. You'll always be my favourite (and 'u know it).

Ya no entiendo qué le pasa a mi cabeza. Ya no sé qué es lo que siento. Ya no sé qué es lo que quiero. Ya no veo lo que quiero ver. Ya no hablo cuando quiero hablar. Ya no pestaneo cuando es necesario. Ya no grito cuando mi cuerpo lo necesita. Ya no hago lo que tengo que hacer. Ya no beso al que quiero besar.

LA RELIGIÓN ES EL OPIO DEL PUEBLO.

El cristianismo imparte a los hombres una doble vida y ofrece los goces imaginarios del cielo como un solaz para las miserias reales de esta vida. Es la negación total del sentido común y la razón. Es, precisamente, la religión por excelencia, porque expone y manifiesta, en su plenitud, la naturaleza, la propia esencia de todo sistema religioso, que es el empobrecimiento, el sometimiento, el aniquilamiento de la humanidad. Además, si te pones a pensar, llegas a la conclusión de que la mafia más grande vive en el vaticano, con el truco de la fe se cojen a la gente, se cojen a cualquiera que piense diferente. Así, diciéndonos que tenemos que aguantar todo lo malo que padecemos en la tierra porque, al morir, todo sera perfecto, el cristianismo reprime nuestra rebelión.